Opinión de Locuras Cuerdas: El Manual del Candidato de Quinto Tulio Cicerón.
29 de mayo 2024.
por Jorge Chávez.
Estamos en época de elecciones, año electoral 2024 en México, momentos y circunstancias que hemos vivido como raza humana en otros tiempos y cuya memoria histórica la remontaré para el presente artículo al imperio romano, puntualmente al año 60 A.C.
Con la presente narrativa podemos ratificar que la historia es cíclica, no hay nada nuevo debajo del sol, las emociones a las que nos lleva una elección son las mismas que brotaban en el muy lejano momento del imperio romano. Los personajes aludidos son dos políticos, hermanos considerados socialmente advenedizos dentro de la sociedad romana pero que se supieron abrir paso en la política de su tiempo: Ellos son Marco y Quinto Tulio Cicerón, el primero cuatro años mayor que el segundo y mucho más desarrollado que su hermano menor en todo sentido.
Sin embargo, Quinto tuvo la osadía de desarrollar técnicas electorales para que su hermano repitiera como senador en el muy conflictivo senado romano, nada nuevo debajo del sol. La ansiedad que provoca todo proceso electoral democrático en los involucrados los ha acompañado “In saecula saeculorum”, es decir siempre; esta no se presenta en las dictaduras como Cuba o Venezuela donde siempre se sabe quién va a ganar.
El Manual mencionado es conocido como “El Commentariolum petitionis” atribuido a Quinto Tulio Cicerón en vísperas de la campaña electoral al consulado de su hermano mayor Marco, cabe señalar que existe la duda sobre estas recomendaciones políticas de un hermano con menor experiencia en este tratadito electoral.
Lo interesante es que aborda los mecanismos electorales del imperio romano y la situación política de la época; fue escrito por Quinto Tulio para su hermano Marco en forma epistolar en el siglo I A.C. Es decir, cartas para la divulgación pública y escritas para un candidato a la máxima magistratura de la República, cuidadosamente calculada para provocar en los lectores romanos del momento, determinados efectos, entre ellos el de cierta ingenua espontaneidad, el claro objetivo desde entonces de toda propaganda electoral.
El pretencioso Quinto aconsejaba en sus cartas a su experimentado hermano e intentaba cubrir la demanda de asesores electorales y al mismo tiempo proporcionar un instrumento de trabajo que pudiese satisfacer las necesidades de un amplio espectro de posibles lectores y electores, algo así como los seccionales de hoy, toda proporción guardada. Nada nuevo debajo del sol.
Cabe señalar que a través de la historia Quinto ha sido visto siempre en función de Marco, hecho que a veces lo demerita por suponer que no brilla con su propia luz sino con la del hermano, pero supo hacerse imprescindible al servicio de los grandes líderes en el campo de batalla electoral formando así el entramado de amistades, fidelidades y alianzas que daba sentido a la política romana.
Menciona en sus escritos la importancia vital de la oratoria en los procesos electorales, pues ubica en todos los aspirantes la necesidad de mostrarse no solo elocuentes con las palabras si no efectivos en su comunicación no verbal con sus ademanes, matices e inflexiones de voz. Para tal efecto hicieron un viaje exprofeso para aprender del académico Antíoco que tuvo como finalidad principal beber de la fuente primigenia de la elocuencia.
Tuvo un perfecto conocimiento de la política romana del momento, así como un pragmatismo galopante, esto lo llevo a entender una constante de la política en la antigua Roma que sigue vigente al día de hoy y es que, por encima de ideologías, lo que movía la política electoral eran tres puntos: el complejo entramado de amistades, el cambiante juego de alianzas y las relaciones personales entre los hombres públicos, nada nuevo debajo del sol.
Quinto dedicó plenamente sus esfuerzos ante el pueblo a lograr la vuelta de Marco su hermano al senado y lo logró. Era de suma importancia ubicar en manos de quien estaba el poder para tomar decisiones acertadas.
La propaganda era en forma de carta “personal” para persuadir a la sociedad romana utilizando un lenguaje ostentosamente electoral, de que su voto, el decisivo en las elecciones consulares, había de ser concedido a Marco, porque contaba con medios y apoyos necesarios, era digno de la máxima magistratura y había de garantizar el orden social mucho mejor que sus corruptos competidores. Literatura deliberadamente propagandística.
Cartas como esta eran actos de propaganda electoral bien calculadas, hechas a petición del candidato con objeto de darle una cierta publicidad, probablemente restringida por el INE de aquellos tiempos. El escrito comienza con una justificación en la que Quinto excusa su aparente atrevimiento debido a la constante preocupación en que le tiene la candidatura de Marco.
Son 58 puntos que abarca esta carta de propaganda electoral que aborda Quinto y que contiene los aspectos básicos de cualquier campaña electoral sobre tópicos en torno a los cuales debe articular su acción de propaganda en las que incluye una variedad de conceptos, tales como la justificación, los motivos, la importancia de la oratoria, la cooperación exigible de las amistades, la necesidad de aparecer como tradicionalista frente a los romanos, ya desde entonces valorar electoralmente a los jóvenes, analizar la condición detestable de sus rivales, analizar todos los días la probabilidad de la victoria (Las encuestas).
También incluye otros elementos como la magnitud de la meta, enemigos inevitables, la necesidad de aplicarse con denuedo a la campaña, los amigos y el pueblo como base de la campaña, deudos y allegados, clases de amigos que deben atraerse por su influencia, ubicar los favores que se le deben y no dudar en exigir la devolución de esos favores, la afinidad política o espiritual, los hombres influyentes ajenos a la política, las amistades que depara la coyuntura electoral, las falsas amistades que suscita la misma, causas de enemistades y cómo pueden remediarse, muy oportuno desde entonces para varios competidores locales en Matamoros, nada nuevo debajo del sol.
Puntos tales como la opinión popular y sus exigencias, el candidato debe conocer a la gente común y halagarla, generosidad y accesibilidad del candidato, la importancia de los buenos modos, mejor mentir que negarse, enumeración de los medios para conseguir reputación multitudinaria y la conveniencia de parecer vinculado a los poderosos entre otros.
Más de dos mil años de campañas electorales en la historia universal y cada una la vivimos con pasión desbordante como si se nos fuera la vida en la próxima elección por vivir.
Querido y dilecto lector, fuera de arrebatos electorales solo asegúrese de tener su credencial vigente para este 2 de junio próximo y recuerde que no hay nada nuevo debajo del sol.
El tiempo hablará.
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