Opinión de Locuras Cuerdas. De “La Emperatriz" y de Reynosa.
Apreciado lector, imposible perder la capacidad de asombro ante la llegada inesperada da la muerte, como fue el caso de la joven madre que en el estado de Hidalgo, al intentar tomarse una selfi, súbitamente le llegó el último día de su vida. Es de todos conocido que lo único seguro que tenemos al nacer es que vamos a morir, Armando Fuentes Aguirre menciona que si la muerte tuviera un nombre formal se apellidaría Segura.
Me entero poco tarde de esta muerte, pues en un tiempo de desintoxicación de noticias no vi la nota en su momento y gracias a mi amigo el periodista Jorge Pérez que como un comentario casual, viniendo de Victoria a Matamoros me aterrizó en la conversación.
El contexto es que la histórica locomotora “La Emperatriz” inició una travesía el pasado 24 de abril saliendo desde Calgary, Canadá que culminaría en la Ciudad de México, un viaje que conmemora la tradición y la modernidad en la industria ferroviaria en América del norte. Dulce Alondra García Hernández de 29 años acompañada de su hijo de cinco, con toda la vida por delante habiendo tomado una buena decisión hizo un mal calculo cuando pretendía hacerse de una imagen histórica al momento del fatal accidente.
La compañía ferroviaria Canadian Pacific Kansas City (CPKC) lamentó la muerte y expresó sus condolencias. Los detalles de este hecho me llevan inexorablemente a filosofar sobre la vida y la muerte. Ni siquiera uno de esos accidentes de automóvil tan frecuentes en ocasiones festivas, cuando la alegre irresponsabilidad o el exceso de alcohol se desafían mutuamente en las calles o carreteras para decidir quién va a llegar a la muerte en primer lugar.
Una muerte que podemos considerar una alteración cósmica meramente accidental y sin continuidad, de una conjunción excepcional de coincidencias intrusas en la ecuación espacio-tiempo de esta mujer.
Imposible no referirse al fondo de la cuestión, es decir, se le acabó la vida en un momento de plenitud y literalmente en un parpadeo, como las que se atienen a las múltiples formas en que éste, el dicho fondo de la cuestión, con mayor o menor pompa y solemnidad, suele revestirse cuando llega el momento tan fatal. Descanse en paz.
Por otro lado, Reynosa se prepara para un cambio de imagen en su infraestructura urbana y a bote pronto te menciono sesudo lector que Carlos Peña Ortiz iniciará su segundo mandato dándole a esta ciudad fronteriza una imagen de moderna metrópoli y muy probablemente las vías ferroviarias que pasan por el centro de la ciudad se presenten como un cuadro de tintes modernos y agradables a la vista de propios y extraños.
Querido y dilecto lector, el objetivo de Carlos Peña es romper la estigmatización de la típica imagen de ciudad fronteriza y transformarla para convertirla en un polo de desarrollo turístico con una visión de futuro que le permita a la comunidad reynosense el mágico y exultante placer del sentido de pertenencia, que rinde dividendos económicos, culturales y existenciales.
El tiempo hablará.
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